Las discotecas rusas son bastante cutres, admitámoslo. Quitando los clubs más fashion de Moscú donde sólo entra la gente de nivel adquisitivo muy alto, las demás no es que estén a la última precisamente en decoración.
Pero en cambio tienen algo que lo compensa sobradamente, unos aseos preparados para la diversión. Allí, si te aburre la música o no consigues ligar porque eres un feto malayo, siempre puedes introducir el cimbrel en uno de los agujeros preparados al efecto y esperar a que una bella señorita pasada de copas se ponga cachonda. Desde luego a estos dos les tocó la lotería.