Claudia Bavel está un poco confundida, se despierta en algún lugar que no conoce. Está semidesnuda, y al lado de ella hay un hombre muerto y otro moribundo atado con una cadena en los pies y sentado en una silla. De repente Bavel recibe una llamada en la que le dicen que si quiere vivir debe de follarse al moribundo, de lo contrario morirá. Así que ella ni corta ni perezosa y con muchas ganas de vivir, saca la zorra que lleva dentro y empieza a follarse al moribundo como nunca antes había follado a nadie, su vida depende de ello.