El hijo de mi vecino está estudiando en la universidad para ser fisioterapeuta, por lo que cada semana voy a su casa para que aprende conmigo a dar masajes. Aunque aún está empezando he de reconocer que lo hace estupendamente y siempre me voy de su casa relajada totalmente y con la espalda como nueva. En el último masaje que me dio, será que estaba muy necesitada y que consiguió ponerme muy cachonda, porque me levante de la camilla sin pensarlo, lo tumbé a él y le agarré la polla para hacerle una paja muy relajante, luego por supuesto me lo follé a mi antojo y cabalgué sin descanso sobre su polla dura.
El chaval no folla mal, pero tiene una polla buena para mis grandes tetazas.