Los típicos cuentos infantiles de Príncipes y Princesas suelen empezar con «Había una vez…» y terminan con «Fueron felices y comieron perdices», pero esta historia no es de esa clase de cuentos. Este es el relato de la vida de un hombre que lo tuvo todo. Un Duque avaricioso y muy codicioso, que acabo hundido en la miseria perdiendo su más preciado tesoro: su erección. Solo la mamada de una mujer experta en sobres y paquetes le hizo recuperar su vigor. Solo entonces volvió a ser El Duque Empalmado.