Jessi, a sus 20 años, está harta de convencionalismos. Lleva varios años follando con el mismo chico y se ha cansado de siempre lo mismo. La rutina no va con ella, por lo que ha decidido cortar por lo sano.
Cortó con su novio de siempre hace dos meses y empezó a vivir una nueva vida. Se fue a una discoteca de Zaragoza y, tras tomar un par de copas para desinhibirse, buscó a un chico que estuviera solo y, cómo no, de buen ver. Se acercó y tras presentarse dio comienzo al coqueteo.
David, (así se llamaba el afortunado) pronto empezó a calentarse ante los bailes de Jess, que no tardó en notar abultada su bragueta. Esto provocó en hormigueo en su estómago y una rápida bajada de flujos hacia su coño… Jessi ardía en deseos de sentir una polla dentro, y no tardaría en conseguirlo…
Jess debía salir de allí. Saber a David cachondo perdido no hacía sino mojar más su ya empapado coño y si aquello no paraba su tanga iba a acabar desecho de tanto jugo.
Convenció al chico para que la llevase a un hotel (no la costó mucho) y por el camino no paró de sobarle la polla por encima del pantalón. Aquello iba a estallar en cualquier momento, así que decidió sacarle el rabo y sa alegró al ver que era de un buen tamaño.
Jessi pajeó a David duranto un par de minutos, tiempo suficiente para que descargara una buena carga de leche que salpicó todo el coche. Esa visión no hizo sino calentar más a Jessi que comenzó a masturbarse, gimiendo de placer ante la atónita mirada de David que no acababa de creerse lo que le estaba sucediendo…
Jessi metía los dedos en so coño y los sacaba empapados, dando a probar sus jugos al bueno de David. Antes de llegar al hotel, ella se corrió gritando como una loba en celo y él tenía la polla otra vez dura.
-Bueno majico, espero que arriba dures más con la polla en mi coño…
Próximamente, parte 2