Antes de nada os desvelamos su nombre, quizá a alguno os suene: Holly Hanna. Ahora debéis discernir si os suena del porno amateur que hacía hasta hace algunas semanas, o del porno profesional en el que ha entrado de la manera más tajante. Holly Hanna vivía haciendo porno por su cuenta, siempre sola, con sus juguetes, de los que tenía cajones y cajones llenos. Una webcamer muy deseada y cotizada que coleccionaba cientos de miles de visitas en los vídeos online que pululaban por la red. Su especialidad son las fucking machines, esos artilugios mecánicos con un consolador en el extremo, y que no existe persona encima de la tierra que los use mejor que ella. Holly Hanna se metía consoladores de 30 centímetros en la garganta casi sin pestañear, a una velocidad que no os podéis imaginar. Una brutalidad, que con el sexo anal era igual, regalando incluso vídeos de dobles penetraciones con consoladores gigantes a ultra velocidad, una diosa. Ahora Holly Hanna ha debutado en el porno profesional en las series de Everything Butt o Fucking Machine de la productora europea Kink. Comparte cartel con pornstars tan consagradas como Dana DeArmond. La foto que ilustra esta entrada es de su Twitter, que con una búsqueda rápida podréis encontrar.