Esta madura rubia esta de nuevo en la finca con su marido para cambiar un poco de ambiente. Ella queda sola casi todas las mañanas porque su marido baja al pueblo a realizar compras y a vender algunos víveres que salen de la finca. Una de esas mañanas se fijó que había un empleado nuevo en la finca y era muy joven, así que inmediatamente se le entró la calentura. Lo mandó a llamar para que subiera hasta la habitación; cuando el muchacho llega, se empiezan a besar y tocar para posteriormente follar duro. Esta puta rubia aprovecha para ponerle el cuerno a su marido y de paso disfrutar de una polla joven.