En el otro hemisferio del planeta ya empieza el verano. Y ya empiezan a preparar a sus socorristas para los bañistas. Una de esas socorristas nos manda unas fotos que le han hecho para Playboy. Esta indecisa y no sabe si dedicarse a salvar vidas o provocar infartos. Porque lo de desnudarse lo lleva muy bien. Le sale de adentro y sin pensarlo. Se quita su uniforme de socorrista para la cámara y ya no hay vuelta atrás.