Follándome a mi jefe el primer día de trabajo
Follarse al jefe el primer día de trabajo es todo un récord. Esto mismo es lo que me pasó la semana pasada. Fui a una gran empresa a realizar la entrevista para el puesto de secretaria.
Yo soy una chica de lo más independiente y que le gusta tener las riendas de la situación. Como era de esperar, cuando llego a la entrevista se como llevarme a mi terreno al chico de recursos humanos. Consigo el puesto y me llevan a presentarme a mi jefe.
Un hombre que a vista de todos es oscuro, sombrío y muy frío. Pero que a la vez está tremendamente bueno. Un hombre esculpido como si fuese mármol. Puedo verle los músculos marcados a través del traje.
Nada más verle mi coño empieza a mojarse, pero me controlo. Eso es algo que tengo auto control. Pero parece que el señor Smith lo ha perdido. Porque su polla ya está bien dura debajo del traje. Cuando por fin nos quedamos a solas. El señor Smith me explica como trabaja, todo sin dejarme de mirar la boca. Hecho que aprovecho yo para morderme y pasarme la lengua por los labios.
Noto como empieza a sudar, y como su cuerpo se pone rígido por momentos. Como la vena de su cuello le delata. Sé que tiene ganas de follarme y yo de follármelo a él.
Con astucia le pregunto sobre su agenda y me informo de cuando se queda solo al completo. Sin interrupciones. Cuando me voy a marchar del despacho, me encamino hacia la puerta. Antes de salir, me giro ligeramente y le pregunto si necesita algo más de mi, seguido de una pequeña mordida en mi labio inferior.
Y ahí está, he conseguido que la fiera salga fuera. Se dirige hacia mi, con paso firme sin dejar de mirarme. Con la mano izquierda cierra la puerta por encima de mi, y con la otra me coge de la cintura. Me aprieta contra la puerta y empieza a besarme. A morderme los labios de una manera deliciosa.
Yo no puedo estarme quieta, y lo acompaño. Le sigo el beso y lo único que puedo pensar es en las ganas que tengo de que me quite la falda de tubo negra y la camisa blanca. Que me deje solo con la lencería negra y los tacones.
Y ahí mismo contra la puerta, me empotra. Se saca la polla del pantalón y subiéndome la falda y apartando las bragas me folla. Lo disfruto, cada embestida, cada sacudida. Siento su polla bien adentro de mi. Me agarro a él a su cuello y a su espalda. Como puedo le voy quitando el traje y la camisa.
El polvo se va convirtiendo más y más intenso. Hasta acabar en el suelo follando completamente desnudos…